¿Cómo pueden afectar los microsismos en la CDMX la tubería?
La Ciudad de México es una de las más afectada por sismos en el mundo. Esto depende de su ubicación geográfica y si bien hemos aprendido a vivir con un suelo inquieto, es importante entender cómo estos movimientos telúricos pueden afectar la infraestructura de nuestros espacios y cómo contar con materiales de calidad, por ejemplo tuberías resistentes como Tuboplus de Rotoplas, pueden hacer la diferencia.
Microsismos en la CDMX
La ciudad de México es uno de los estados con más actividad telúrica en el país. De hecho, se considera que es de moderada a alta, y esto ocurre por dos razones: está en la zona de convergencia de las placas tectónicas Norteamericana y Cocos; y se ha ido construyendo sobre el lecho de un lago, un suelo rico en sedimento blando y arcilla, y si bien esto por si mismo no es un riesgo, este tipo de suelo blando puede amplificar los movimientos sísmicos.
Si los sismos son producidos por el movimiento de una placa tectónica, justo donde se encuentran; los microsismos son explosiones de energía que se producen más hacia el interior de las placas. Son de menor magnitud y sólo son percibidos por los sismógrafos. Su magnitud suele ser inferior a los 2.5 y duran apenas segundos.
Cuando ocurren microsismos, se generan vibraciones que se propagan por el suelo y van hasta las estructuras. En teoría, los microsismos no tienen un gran impacto en la infraestructura en la ciudad. Esto es porque tienen baja magnitud y además duran muy poco. Sin embargo la frecuencia de estos eventos pueden afectar la estructura de edificio antiguos o que tienen daños previo. Esto se convertirá en grietas o desprendimiento de ciertos materiales. En 2023 pudimos ser testigos de diferentes eventos que causaron árboles cuarteados, grietas en calles y edificios y tuberías rotas.
Tuberías: las más vulnerables
Según investigaciones de Eme Equis, se estima que el 24% de las vivienda en todo el país tienen más de 30 años de haber sido construida, y el 14% tienen entre 6 a 10 años. La mayoría de las viviendas antiguas se concentran en Ciudad de México: el 41% de estás viviendas superan los 31 años de vida. En las encuestas se reportan daños estructurales en muros o techo, pero el hecho de que al menos el 32% de las viviendas encuestadas reporten problemas de humedad o filtraciones es alarmante.
Estas vivienda antiguas no sólo son débiles por la degradación de materiales por el paso del tiempo, sino que carecen de inspecciones, por lo que no es de extrañar que tengan problemas particulares de infraestructura, incluyendo redes de tuberías de agua. Si a esto, se le suma el hecho de que no hay un verdadero mantenimiento de las redes de agua municipales, tenemos la receta perfecta para el desastre.
¿Y por qué las tuberías?
Las tuberías son especialmente vulnerables a los microsismos según el material empleado para su elaboración, pues cada uno reacciona de formas diferentes:
– La tubería de metal, típica en construcciones antiguas, son rígidas y con el movimiento del suelo, tiende a agrietarse o romperse con más facilidad.
– Las tuberías de plástico: el material es más flexible, absorbe mejor los impactos por lo que tienen menos tendencia a romperse a causa de los microsismos.
Asimismo, otros factores como la distancia al epicentro, el tipo de suelo y la profundidad del microsismo pueden afectar las tuberías, causando daños físicos o indirectos.
Daños Físicos:
– Las vibraciones frecuentes de los microsimos hacen que las tuberías deteriorada se agrieten o rompan. Esto es muy común en tubos de metal porque están afectados por la corrosión y otros.
– Las conexiones y juntas de las tuberías son las partes más vulnerables del sistema, así que se aflojan o rompen por los movimientos sísmicos y producen fugas.
– Bajo las fuerzas implicadas en los microsismos, las tuberías pueden deformarse y doblarse, lo que bloquea o restringe el paso del agua.
Daños indirectos:
– En un microsismo, el suelo donde están las tuberías puede licuarse y perder estabilidad. Esto hace que las tuberías se hundan o floten, causando daños en lo tubos o en las estructuras de soporte.
– El suelo también puede asentarse, generando tensión en la tubería y causar fugas o rotura.
– Si alguna estructura adyacente sufre algún colapso, esto también puede afectar los sistemas de tuberías.
Consecuencias para la infraestructura y la población
– Interrupciones en el suministro de agua
México ya enfrenta una crisis en cuanto al suministro de agua, así que los daños causados por los microsismos sólo vienen a agravar la situación en cuanto a cortes y problemas de suministro.
– Riesgos de contaminación
Los microsismos pueden afectar las tuberías que conducen aguas negras, con lo que se vierte su contenido y se contaminan fuentes de agua potable.
– Desafíos en las reparaciones y mantenimiento
Si bien urgen la reparaciones y mantenimiento de las redes de transporte de agua y saneamiento, las roturas por microsismos hacen mucho más cuesta arriba el trabajo. Además, cuando las roturas ocurren en viviendas o edificaciones, son las personas las que deben asumir los elevados costos de reparación.
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¿Qué podemos hacer para minimizar el daño?
– Utilizar tuberías de materiales modernos
Es hora de renovar las tuberías. Materiales modernos como el polietileno son adecuados para zonas de alta actividad sísmica, pues son más flexibles y están hechas para manejar y resistir los impactos y movimientos del suelo. Tuboplus Hidráulico de Rotoplas es el ideal, pues está elaborado en PP-R (polipropileno copolímero random), un material desarrollado en Alemania. Resiste altas presiones y cambios de temperatura, además ofrece uniones indestructibles.
– Prioriza la flexibilidad en las uniones y juntas
Al instalar sistemas de tuberías, las uniones son los puntos más frágiles y mucho más en presencia de microsismos. Las uniones de Tuboplus se hacen con termofusión, lo que significa que se hacen a nivel molecular y son indestructibles, resistentes a sismos y cualquier otra vulnerabilidad y sin tener que comprar nuevas piezas.
– Diseño sísmico en la planificación de infraestructuras
Existen regulaciones de seguridad que minimizan y previenen el daño en la infraestructuras, por lo que si se vive en zona de alta sismicidad, estas regulaciones deben incluirse como una prioridad en la planificación de estructuras.
– Monitoreo continuo y alertas tempranas
Sobre todo en la CDMX y si resides en una edificación con más de 30 años. Es importante estar pendiente de signos de pérdidas de agua, humedad, goteos y otros que pueden delatar daños en las tuberías.