¿Qué pasaría si nos quedamos sin agua en México?
El agua es el elemento esencial que sustenta la existencia y el desarrollo de la vida y de las sociedades humanas. A lo largo de la historia, hemos venerado sus fuentes como fuentes de vida, reconociendo su papel crucial en la salud, la agricultura, la industria y la supervivencia misma de las comunidades. Sin embargo, en la era contemporánea, la importancia del agua va más allá de su papel tradicional, convirtiéndose en un recurso estratégico que moldea las dinámicas económicas, sociales y medioambientales a escala global, sobre todo cuando nos estamos enfrentando a una crisis de escasez y contaminación de agua sin precedentes.
En este viaje, reflexionaremos sobre la imperativa necesidad de adoptar prácticas sostenibles y equitativas para asegurar la gestión adecuada de este precioso líquido, reconociendo que la salvaguarda del agua es, en última instancia, un compromiso para garantizar un futuro próspero y armonioso para las generaciones venideras.
La Gravedad de la Crisis Hídrica en México
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) destacó que el 61.5 por ciento del territorio nacional se encuentra bajo los efectos de la sequía sobre todo en las regiones norte y centro del país, afectando “un total de 1,613 municipios con sequías severas, extremas y excepcionales”.
A nivel Nacional existen 210 presas; cinco de ellas están secas y 23 registran una operación que se ubica en el 10% de su capacidad.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) pronostica que para 2028 la Ciudad de México, que aloja a la mayoría de la población del país; llegaría al Día Cero, es decir que el estado no pueda garantizar el suministro de agua en la ciudad: se limita el acceso libre y sólo se permitiría racionado.
Sin embargo, el futuro es hoy. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) advirtió que el Sistema Cutzamala, que suministra agua en un 25% a la Zona Metropolitana del Valle de México, podría agotarse mucho antes. Prevé, como fecha estimada del Día Cero junio de este año. Pues, durante el mes de enero la capacidad del sistema fue sólo del 39.8 % registrando una caída histórica.
Consecuencias de una Crisis del Agua: Impacto en la Vida Cotidiana
La escasez de agua impacta las actividades diarias de la población, limitando el suministro del uso del agua en las tareas domésticas, de higiene, de cocina y reduciendo notablemente su calidad de vida.
En el desolador escenario de una crisis del agua, las consecuencias se filtran en cada rincón de nuestra vida cotidiana, transformando la rutina en una lucha diaria por un recurso vital. Desde el momento en que abrimos el grifo y enfrentamos la incertidumbre de si saldrá agua, hasta la planificación meticulosa de cada uso para conservar este bien escaso, la crisis del agua deja una marca indeleble en nuestras actividades más simples.
Las comunidades se ven forzadas a adaptarse a racionamientos, afectando no solo la higiene personal, sino también limitando la capacidad de cocinar, regar cultivos y mantener la limpieza de espacios públicos. La carga recae desproporcionadamente en los sectores más vulnerables, exacerbando las desigualdades socioeconómicas. Además, el impacto se extiende a la salud pública, con la propagación de enfermedades relacionadas con el agua contaminada.
En resumen, una crisis del agua trasciende la escasez física e interfiere en los aspectos más fundamentales de nuestra vida diaria, recordándonos la imperativa necesidad de preservar y gestionar sabiamente este recurso esencial para el bienestar de todas las comunidades.
Impacto en la Agricultura: Desafíos para la Producción de Alimentos
Se estima, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que cada año se pierden 260 mil millones de dólares en todo el mundo debido a la falta de agua y saneamiento básicos.
Durante 2022 las sequías impactaron más del 60 % del territorio nacional ocasionando pérdidas en la agricultura, sobre todo en cultivos como el trigo, maíz y el frijol.
De acuerdo al Consejo Nacional Agropecuario (CNA) la producción de alimentos se ha visto impactada por el aumento de las temperaturas. Las sequías, que han afectado la calidad de los cultivos (sobre todo cíclicos y perennes) ha llevado a una drástica caída de la oferta aumentando los precios.
Consecuencias para la Salud Pública: Riesgos Sanitarios y Epidemias
A nivel mundial, 771 millones de personas carecen de acceso a agua potable y 1.700 millones de personas no tienen retrete. Casi un millón de personas mueren cada año a causa del agua, el saneamiento y enfermedades relacionadas con la higiene que podrían reducirse con el acceso a agua potable o saneamiento, advierte la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
El agua potable es fundamental para el desarrollo de un niño sano. Significa que los niños y niuñas no sufrirán enfermedades transmitidas por el agua como la fiebre tifoidea o la diarrea.
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Pero, también es necesario una mayor concientización sobre el uso del agua y políticas públicas eficientes, que apunten a una inversión necesaria en infraestructura y a una inclusión de tecnologías modernas que permitan una distribución eficiente del agua.
Impacto en la Industria: Retos para la Producción y el Desarrollo Económico
Especialmente en las regiones áridas, un número cada vez mayor de sectores están llegando al límite en el que se pueden proporcionar servicios de agua de manera sostenible. La escasez de agua afecta ya a todos los continentes y, según Naciones Unidas, dos tercios de la población mundial podría sufrir escasez de agua en 2025. Por ello, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de Naciones Unidas es “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”.
En los próximos años, la disponibilidad de agua dulce afectará a muchas industrias de maneras que pueden no parecer obvias en este momento. Muchos sectores industriales dependen en gran medida del agua y están directamente expuestos al riesgo de escasez de la misma.
La industria de procesos, algunas industrias químicas y los sectores mineros son usuarios importantes de agua y están directamente expuestos al riesgo de escasez.
Los problemas de disponibilidad y calidad del agua pueden alterar las cadenas de suministro y los riesgos operativos están aumentando como resultado de las sequías más frecuentes causadas por el cambio climático.
Por lo tanto, el agua debe tratarse como un recurso escaso y centrarse mucho más en gestionar la demanda de forma sostenible.
Las soluciones sostenibles ayudan a las empresas a mantenerse a flote y reducir su consumo de agua. La combinación de una profunda experiencia en tecnología de procesos, tratamiento de agua y química permite desarrollar soluciones que sean viables, sostenibles y conduzcan a reducciones en el uso de agua. Para enfrentar las consecuencias de la crisis del agua debemos hacer un solo frente sociedad, gobierno e industria, para preservar y aprovechas este recurso de la mejor manera.
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