Importancia del saneamiento de agua

Cuando se habla del acceso al agua potable y de la ampliación de los servicios de tratamiento de aguas servidas siempre se hace hincapié en las ciudades. Esto tiene algo de sentido en la medida en que las zonas urbanas son las que concentran una mayor densidad poblacional, pero gracias a esto cada vez son más escasas las soluciones y propuestas orientadas a dotar las zonas rurales con servicios de saneamiento y agua potable realmente dignos. Esto no sólo afecta a las personas que habitan estos espacios, sino que esto trasciende las fronteras de lo rural y se convierte en un problema nacional, pues las consecuencias de un saneamiento deplorable alcanza a todo el país.

¿Es un problema exclusivo del campo?

Según los informes elaborados por las Naciones Unidas, más de un tercio de la población mundial carecen del acceso a opciones de saneamiento dignas. Por esta razón se ha establecido que el 19 de Noviembre de cada año se celebre el Día Mundial del Saneamiento del Agua o el Día Mundial del retrete, como también se le conoce. El objetivo es visibilizar que cada vez más personas se enfrentan a este grave problema.

Si bien esta es una problemática que es muy común en zonas rurales y en localidades pequeñas, cada vez más ciudades y poblados colapsan los sistemas de saneamiento de agua municipales, dejándoles desamparados y sufriendo las mismas consecuencias de quienes carecen por completo de infraestructura y de opciones de tratamientos de aguas servidas. Este es un problema del que debería ocuparse el gobierno, pero mientras esto ocurre es imprescindible tomar medidas orientadas a crear soluciones efectivas.

La importancia del saneamiento del agua

– Contaminación de fuentes de agua

En el campo las personas pueden tirar las aguas residuales directamente en la tierra o pueden usar sistemas primitivos como los pozos negros para procesar las mismas. El problema es que los pozos negros no son eficientes y al enterrarlas se produce el mismo resultado: contaminación de las fuentes de agua. Los residuos y desechos pasan directamente al agua de ríos, lagos, el mar y hasta pozos subterráneos, contaminándola con materia orgánica.

Esto tiene un impacto doble, en primer lugar se altera el equilibrio del ecosistema, con lo que se afecta la diversidad biológica y en segundo lugar, las fuentes de agua se transforman en vectores de enfermedades graves. Pero esto no sólo afecta a los habitantes de la zona sino también a los de la ciudad, porque al contaminarse la fuente de agua que les abastece, disminuye la calidad del agua que llega directo a casa y se propagan enfermedades.

– Contaminación directa de alimentos

Si los desechos fisiológicos no son tratados de forma adecuada, contaminan el agua que se usa para regar, con lo que se esparcen sobre nuestros alimentos bacterias nocivas, parásitos y otros microorganismos que afectan la salud y causan enfermedades como parásitosis, cólera, disentería y otras afecciones intestinales que son las culpables de muertes en niños y ancianos. Adivinen a dónde se distribuyen esas verduras y vegetales: a las ciudades, donde las personas que no higienizan de forma adecuada sus alimentos, también podrían enfermarse.

– Impacto económico

El no contar con saneamiento del agua adecuada afecta la economía en todos los niveles. A un nivel micro, las personas tienen que hacer inversiones en fuentes de agua potable externas, como camiones cisterna, si tienen la oportunidad; además de tener que  buscar medios alternos para purificar y conservar el agua si se desea mantener un nivel de higiene aceptable, lo cual es casi imposible para muchos de los habitantes de estas zonas. Esto afecta los cultivos y la salud de animales y personas. A nivel macro, el no invertir en el saneamiento del agua implica un gasto excesivo en salud, producción de alimentos y esfuerzos para mantener equilibrio ecológico.

¿Qué podemos hacer?

El saneamiento del agua es un proceso que abarca distintas etapas, desde la instalación y uso de retretes u otras instalaciones sanitarias dignas, pasando por el transporte, recogida y tratamiento de las aguas servidas antes de ser devueltas a la naturaleza. Por esto es un asunto que debe abordarse desde una perspectiva multidisciplinaria, en el que se atiendan cada una de las etapas para garantizar su eficiencia.  Como individuos podemos hacer lo siguiente:

– Almacenar agua de forma adecuada

Si no hay un suministro constante de agua, es de vital importancia contar con suficiente agua potable para mantener la higiene personal y de espacios, pero también para la correcta hidratación de personas y  animales. Para esto no vale cualquier recipiente, es imprescindible contar con tanques de almacenamiento de gran capacidad, resistentes a los embates climáticos y que sean capaz de mantener intactas las cualidades organolépticas del líquido. Si es posible, también se puede instalar un sistema de recolección pluvial, que te permitirá tener siempre una reserva extra de agua para el riego seguro de los cultivos.

– Purificar el agua de consumo humano

Si no estás muy seguro acerca de la calidad del agua que dispones, es mejor ir sobre seguro y utilizar algún método para purificar el agua. El hervido, usar cloro o yodo pueden ser bastante útiles, pero si quieres estar seguro de que no quedan trazas de químicos o microorganismos nocivos, lo mejor es instalar un purificador de agua de carbón con plata activada, que se encargará de erradicar todos los contaminantes del agua.

– Hacer uso de biodigestores

Los biodigestores son la solución autónoma y eficiente para el tratamiento local de aguas servidas. Económico, fácil de instalar, con una vida útil muy larga, no requiere mantenimiento especializado y es capaz de tratar las aguas negras que provengan de tu vivienda antes de devolverla a la naturaleza, protegiendo tu salud y el medio ambiente.