4 afectaciones de las sequías en la agricultura
En un mundo cada vez más marcado por el cambio climático, las afectaciones de las sequías emergen como desafíos críticos en la base de nuestra seguridad alimentaria: la agricultura. Estos periodos prolongados de escasez hídrica no solo representan una amenaza para la producción de alimentos, sino que también desencadenan impactos significativos en la economía, el medio ambiente y la calidad de vida de las comunidades agrícolas.
Desde la disminución de rendimientos hasta la alteración de ecosistemas agrícolas, a continuación hablaremos de las complejidades de las sequías como catalizadores de cambios significativos en el sector agrícola.
1.Estrés Hídrico: La Disminución de Agua Disponible para Cultivos
El estrés hídrico tiene un impacto significativo en la producción agrícola y la calidad de los cultivos. La ausencia de agua, ya sea por falta de precipitaciones, sequía o riego deficiente, es un factor de estrés que afecta negativamente al crecimiento, desarrollo y rendimiento de las plantas.
Según las Naciones Unidas, el número y la duración de las sequías han aumentado un 29% desde el año 2000. Las consecuencias del cambio climático, caracterizado por fenómenos meteorológicos extremos y períodos más prolongados de sequía, hacen que sea aún más importante prestar atención al estrés hídrico en las plantas.
En México algunas regiones agrícolas afectadas por la escasez de agua durante sequías son Chihuahua, Durango y Coahuila. También estados como Zacatecas, Nuevo León, Aguascalientes, San Luis Potosí y Guanajuato.
El estrés hídrico afecta las funciones vitales y procesos fisiológicos de la planta. Los cultivos expuestos a estas condiciones muestran problemas de crecimiento y una reducción significativa en la producción, tamaño y turgencia de frutos y hojas.
Además, las plantas afectadas por el estrés hídrico tienen defensas más bajas y débiles y, por tanto, son más susceptibles a los ataques de plagas y enfermedades.
En este contexto, es prudente considerar alternativas para ayudar a los agricultores a gestionar su producción en condiciones cada vez más comunes de estrés y escasez de agua. Algunas medidas preventivas incluyen seleccionar cultivos y variedades que sean más resistentes a las condiciones de estrés hídrico, cubrir el suelo con materiales que reduzcan la evaporación y, cuando sea posible, proteger los cultivos de condiciones ambientales adversas.
2.Degradación del Suelo: Pérdida de Fertilidad y Nutrientes Cruciales
Otra de las afectaciones de las sequías es la degradación del suelo, ya que la falta de agua puede afectar las actividades químicas, físicas y biológicas de las bacterias y microorganismos que viven en el suelo y que son esenciales para la salud de las plantas.
Uno de los efectos más notorios de la sequía en la salud del suelo es la falta de absorción de nutrientes por parte de los cultivos, ya que el agua es el mejor medio para transportar nutrientes a las plantas como resultado de la absorción. El aumento de la temperatura del suelo asociado con su falta de humedad tiene un impacto en las actividades microbianas y el procesamiento de nutrientes, los cuales son importantes para el uso de plantas para la producción de biomasa y granos.
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Las prácticas de agricultura regenerativa, como las tecnologías de labranza mínima, los cultivos de cobertura y el acolchado, la inoculación con microorganismos, el ciclo de nutrientes, el equilibrio de los fertilizantes orgánicos o la aplicación foliar, ayudan a los agricultores a gestionar suelos sanos, capaces de producir cultivos ricos y ecológicos sin el uso de productos químicos peligrosos.
3. Impacto Directo en la Producción de Cultivos: Afectaciones sociales
Las sequías afectan el rendimiento y la calidad de los cultivos. Dificulta el cultivo de alimentos y la escasez de lluvias provoca la pérdida de cosechas, lo que significa una pérdida económica para las comunidades de producción agrícola. Si la sequía es duradera, puede generar desertificación, un proceso en el que las zonas se vuelven no sólo infértiles sino también inhabitables.
Debido a que es difícil cultivar en tierras áridas, se produce escasez de alimentos para la población local. Esto puede provocar pobreza extrema y hambre en estas zonas, forzando la migración de las personas.
La desertificación, la degradación de la tierra y la sequía, combinadas con la actividad humana y los cambios ambientales, causan importantes pérdidas de suelo y una reducción de las defensas naturales contra incendios forestales e inundaciones.
4. Desafíos para la Seguridad Alimentaria y Economía Agrícola
Las sequías amenazan la seguridad alimentaria a nivel local y global. Desde 2022, el número de personas afectadas por la inseguridad alimentaria mundial aumentó de 135 millones en 53 países en 2019 a 345 millones en 82 países en 2022.
Los animales también se ven afectados con las sequías ya que no se les puede suministrar una correcta hidratación. Sumado a esto, las condiciones de higiene pueden verse afectadas al no haber agua, aumentando el riesgo de enfermedades en el ganado y la avicultura.
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El impacto económico en las comunidades agrícolas y en la cadena alimentaria es muy grave. Cuando la disponibilidad de alimentos se degrada debido a condiciones climáticas cambiantes, como sequías o inundaciones, existe el riesgo de desnutrición entre las poblaciones vulnerables que luchan por acceder a alimentos nutritivos.
Además, la inseguridad alimentaria tiene un impacto financiero significativo en los pequeños agricultores de estas regiones, ya que no pueden generar suficientes ingresos para satisfacer sus necesidades básicas y/o pagar insumos relacionados con los alimentos, como fertilizantes o semillas.
Estrategias de mitigación para proteger la seguridad alimentaria durante sequías
Invertir en sistemas de almacenamiento de alimentos que puedan resistir fenómenos climáticos extremos es una gran opción para mitigar los efectos de las sequías y proteger la seguridad alimentaria.
También es importante diversificar las fuentes de alimentos y las técnicas de producción agrícola para reducir el riesgo. Adoptar sistemas de gestión del agua que reduzcan los daños a los cultivos causados por inundaciones o sequías e implementar prácticas agrícolas sostenibles como la agricultura sin labranza, la agrosilvicultura y los cultivos de cobertura.
Otras acciones son desarrollar sistemas de monitoreo y alerta temprana para eventos climáticos extremos e invertir en investigación y desarrollo de cultivos alimentarios resilientes al clima.