La importancia de almacenar agua en época de calor para ganado

Es innegable la importancia del agua para la cría de ganado, pues de ella dependen la producción de leche materna e incluso su salud. La cantidad de agua que requieren los animales de ganado depende además del tipo de alimento que consuman, los factores medioambientales, entre otros, así que resulta esencial tener siempre a disposición de los animales abundante agua limpia y fresca, sobre todo en las temporadas más cálidas del año.

Almacenar agua en época de calor de forma adecuada, usando contenedores especializados como los tanques verticales Rotoplas se convierte en una muy buena ventaja para asegurar el acceso de este recurso en todo momento.

La importancia del agua para el ganado

El agua resulta un recurso fundamental para todos los seres vivos, pero en el caso del ganado es tan vital que la pérdida del 20% del agua corporal puede resultar fatal para el animal. Este recurso también tiene un impacto directo en las funciones productivas y en la producción de sus alimentos.

Escatimar en el uso y almacenamiento del agua se transformará en pérdidas y gastos extras por la salud deteriorada de los animales. Si el animal consume forraje fresco y verde, extraerá de allí al menos el 70% de su requerimiento de agua, así que el resto debe consumirse en un bebedero. Si por el contrario consume forraje seco como el heno, la demanda de agua será mayor.

Agua para ganado

Cada bovino será capaz de autorregular la cantidad de agua que bebe, es decir, que tomará la que necesite para compensar sus necesidades. La cantidad de agua que consume el ganado dependerá del objetivo productivo, sin importar si es de leche o engorde, el animal siempre debe tener agua limpia a libre consumo, sin racionamiento. Intentar restringir o racionar la cantidad de agua que se consume es contraproducente.

Las cantidades de agua que consumen un animal pueden ser superiores a lo que puedas creer. En líneas generales, un bovino adulto consume entre el 8 y 10% de su peso vivo en agua; lo que se traduce entre 25 a 50 litros por día. Pero si se trata de una hembra preñada, consumirá mucho más y si es lechera, la demanda aumentará llegando incluso a los 110 litros al día.

Es importante notar que el requerimiento del animal se eleva durante las épocas de calor hasta un 30% a 60%. De este modo, un animal que tomaba 45 litros al día, en épocas de calor puede tomar 65 litros. Si tienes muchas cabezas de ganado, entonces el almacenaje de agua se hace aún más prioritario pues requerirás tener la capacidad de satisfacer las demandas de agua durante esas temporadas cálidas.

¿Qué pasa si no hay suficiente agua?

Los seres vivos no pueden vivir mucho tiempo sin agua y esto es más evidente en el caso del ganado, que caería muerto en poco tiempo o presentaría enfermedades. Pero si el problema está más relacionado con la calidad del agua o las cantidades limitadas, entonces las consecuencias serán un poco menos evidentes a simple vista pero tendrían un impacto negativo increíble para el productor.

sequia

Cuando el ganado no dispone de suficiente agua, comenzará a comer menos. Esto se traduce en mediano y largo plazo como la reducción de peso del animal y el descenso de la producción de leche. Al perder peso, el sistema inmune se debilita y hace más propenso al animal a cualquier tipo de infecciones oportunistas, que pueden acabar con su vida. Como si fuera poco, durante la época de calor el animal que no tiene acceso al agua y la sombra para disipar su temperatura, comenzará a sufrir de estrés térmico y esto hará que disminuya su desempeño productivo.

La calidad del agua importa

La cantidad de agua que consume el animal es importante, pero también es necesario prestar atención a la calidad. De nada vale que el ganado tenga muchísima agua a su disposición si está contaminada y lo enferma con parásitos. No es suficiente con almacenar agua de cualquier modo y en cualquier lugar. La calidad del agua tiene un impacto directo en la salud del animal, así que conservar el agua de forma improvisada no te permitirá mantener las características físico-químicas necesarias para cuidar el bienestar del ganado. El agua contaminada contiene parásitos, bacterias y otros microorganismos patógenos que pueden enfermar al animal y reducir la producción y salud de todo el hato.

Cómo garantizar agua de calidad para el ganado

Para que el agua se considere apta para el consumo ha de cumplir con las siguientes características:

– Debe lucir cristalina, no puede tener olores ni sabores extraños, nunca debe lucir turbia.

– Debe carecer de materia orgánica

– Debe estar libre de residuos químicos

– Debe estar libre de bacterias y microorganismos.

El agua que proviene de fuentes seguras, como el suministro municipal, el agua de lluvia recolectada de forma adecuada, o el agua que ha sido sometida a un tratamiento sencillo como un filtro estándar puede almacenarse en un tanque vertical cerrado, elaborado en materiales de grado alimenticio que no alteren el sabor ni olor del líquido almacenado como los de Rotoplas. Si estará expuesto en el exterior, el tanque debe ser de color negro para evitar que los rayos del sol estimulen el crecimiento de algas y microorganismos. Los tanques deben limpiarse al menos una vez al año.

Por otra parte, los bebederos también deben mantenerse con las normas de higiene elementales, incluyendo limpieza regular con productos adecuados. Los bebederos deben ser de fácil acceso y deben estar ubicados de forma que el agua no se mezcle con los desechos de los animales. Lo ideal es que no estén demasiado lejos de los establos, no sólo para facilitar su mantenimiento sino que además no obligará al animal a recorrer grandes distancias para poder satisfacer sus necesidades en las épocas de más calor.