Biodigestor, una alternativa para evitar la contaminación del agua subterránea
Cuando se trata de conservar el agua, casi siempre se hace énfasis en la necesidad de ahorrar el agua, no malgastar e implementar ciertos hábitos para evitar contaminarla y desperdiciarla. Y esto ocurre porque si vives en una ciudad, de seguro tu vivienda está conectada a la red municipal de drenaje. En teoría no hay nada de que preocuparse cuando se trata del tratamiento de las aguas residuales, pues el drenaje cumple la tarea, pero ¿qué sucede en aquellos lugares en los que no hay acceso a las plantas municipales? ¿Qué se hace cuando las redes de tratamiento de agua están colapsadas?
Devolver las aguas negras a la tierra, sin tratamiento, no es una opción pues no sólo causará malos olores y enfermedades, sino que contaminará el medio ambiente. En estos casos, el manejo de las aguas residuales se convierte en una prioridad y, si estás en búsqueda de alternativas de tratamiento, olvídate de los pozos negros, fosas sépticas y otros métodos menos eficientes. La respuesta a todas las necesidades es simple: el biodigestor es la alternativa para evitar la contaminación del agua subterránea.
La importancia del agua subterránea
Casualmente el tema central de este año para el día Mundial del Agua, celebrado todos los 22 de marzo, es la importancia vital de las aguas subterráneas. Por esta razón el lema de esta jornada será “Hacer visible lo invisible”, pues las aguas subterráneas se encuentran bajo la tierra, en acuíferos que alimentan manantiales, ríos humedales y lagos. Estas reservas subterráneas se recargan gracias a la lluvia y nieve que se infiltran bajo la tierra y son la fuente principal de abastecimiento para un montón de lugares.
De hecho, el agua subterránea se emplea para más de un tercio de los riegos y abastecimiento de la población mundial. Esto es fácil de comprender, pues es mucho más barata de extraer si la comparamos con el desarrollo de canales, represas y embalses; además puede usarse cerca del punto de extracción y es un seguro contra sequías, pues las aguas subterráneas tienen reservas superiores; además están en cierta medida más protegidas que las fuentes de agua superiores.
Los niveles o caudales de ríos o manantiales se han visto afectados por la sobre explotación. Por otra parte, estos se ven mucho más afectados por la acción humana, incluso a pequeña escala. No hace falta que una fábrica vierta sus desechos en un río para contaminarlo, basta que con los asentamientos humanos cercanos se encarguen de lanzar basura para destruir su equilibrio. Pero es erróneo pensar que las aguas subterráneas son menos vulnerables por su posición oculta, todo lo contrario; no sólo existe una interrelación entre las aguas superficiales y las subterráneas, sino que también pueden contaminarse con el vertido de aguas servidas sin tratamiento.
Los sistemas de tratamiento de aguas negras más antiguos no son eficientes y pueden ser los responsables de la destrucción de los acuíferos subterráneos. Por ejemplo, los pozos negros no ofrecen ningún tipo de tratamiento, los desechos no se degradan, y los contaminantes pasan directamente al manto freático, afectando con ello no sólo el delicado equilibrio biológico de estas aguas, sino que causa enfermedades por consumo directo o al usarse para el riego de alimentos. Es imperativo hacerse con sistemas de tratamiento de aguas residuales que sean realmente eficientes, pues están en juego el acceso y la calidad del agua de una parte importante de la población.
Biodigestor: la alternativa sustentable
Un biodigestor es un sistema que ofrece un tratamiento primario de aguas servidas, especialmente diseñado para aquellas viviendas que no cuentan con la conexión al sistema de drenaje municipal. El biodigestor parece un tanque negro, sellado, pero es mucho más que eso: la magia ocurre en su interior. Gracias a su diseño exclusivo y tecnología, dentro del biodigestor se realiza un tratamiento primario de las aguas residuales a través de un proceso anaerobio que degrada los desechos y descarga las aguas tratadas en el pozo de absorción o infiltración, por lo que se devuelven al ambiente libres de infiltración.
El biodigestor Rotoplas emplea un filtro anaerobio interno que no requiere electricidad, combustible ni productos químicos para su funcionamiento o para tratar el agua. Es completamente independiente, funciona por rebalse, así que no hace falta la intervención humana para que cumpla con su tarea; es decir, es completamente sustentable. Por otra parte, no requiere un mantenimiento especializado ni el uso de equipos especiales para su limpieza. Es autolimpiable y sólo requiere abrir una válvula para extraer los lodos residuales. Este proceso de purga se puede hacer 1 o 2 veces al año por el mismo usuario.
Al ser completamente hermético, garantiza que no habrá escape de olores desagradables. Gracias a su construcción en una pieza entera de polietileno previene fugas y agrietamientos. Es ligero y muy resistente, lo que facilita el traslado e instalación, además de ser resistente a la corrosión. Tiene larga vida útil y podrás encontrar el tamaño perfecto para la vivienda. Si se necesita ampliar la red, porque ha crecido la población que usa el Biodigestor, es posible instalarlos en redes.
Gracias a estas características, el Biodigestor Rotoplas es una opción realmente sustentable, ecológica y que protege al medio ambiente, pero sobre todo se encarga de preservar las fuentes de agua subterráneas. Previene focos de infección, evita las fuentes de contaminación del suelo y el agua, mientras ofrece calidad de vida a sus usuarios. Los Biodigestores Rotoplas son una parte fundamental en cualquier plan de conservación y cuidado de agua.